El origen de la profesión de barbero se remonta a la época medieval europea. Durante todos esos siglos, del VIII al XIV, van surgiendo diferentes oficios y, uno de ellos, es el de cirujano-barbero, si bien en la época romana ya se tiene constancia de que existen los tonsores. Encargado de afeitar la barba y cortar el pelo, también realizaban sangrías, extraían muelas y aplicaban tratamientos blanqueadores en la dentadura. Además, practicaban amputaciones, cirugías y atendían todo tipo de heridas, contusiones o roturas. Muchos de estos cirujanos-barberos eran ambulantes, se desplazaban de pueblo en pueblo ofreciendo sus servicios a cambio de unas monedas.
Rodrigo de Cervantes, cirujano-barbero en Valladolid
Además de por ser el padre del escritor Miguel de Cervantes, su progenitor Rodrigo es conocido por ser uno de los cirujanos-barberos de más renombre en Valladolid. Aunque nacido en Alcalá de Henares, Rodrigo viajó a Valladolid en el año 1552 para abrirse paso en la profesión y alquiló una casa (situada en la zona que hoy ocupa el Hospital Militar) desde donde ofrecía sus servicios. Aún en esa época, los cirujanos-barberos eran conocidos por sus sangrías, aplicación de emplastos o cataplasmas, además de por cortar el pelo o afeitar a los clientes.
Posteriormente, se tiene constancia de otros cirujanos-barberos en nuestra ciudad, como Juan Alonso (1578) o Miguel de la Serna (1617). En Francia, ya en el siglo XVI, aparece Ambroise Paré, padre de la cirugía moderna y que también se formó como barbero. Todos ellos, en mayor o menor medida, fueron los antecedentes, los antepasados de las barberías actuales.
El proceso de asentamiento: barberos con funciones de cirujano (aún)
Con el oficio plenamente instaurado en la sociedad europea de la época, los barberos se fueron especializando en lo que consideraríamos hoy en día un salón de belleza masculina, pero sin dejar de lado aquello por lo que se les conocía siglos atrás: las sangrías. Se creía que las sangrías eran beneficiosas para la salud porque dejaban salir los humores del cuerpo (sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema, según la Teoría de Hipócrates), algo muy extendido entre los médicos, sanadores y cirujanos desde la época medieval.
El poste de barbero (Barber Pole)
A raíz de su asentamiento en locales fijos y, ya que continuaban practicaban las sangrías, los barberos empezaron a colocar un poste de color rojo (color sangre) que servía para avisar o informar a los posibles clientes de que allí se realizaban dichos procedimientos. Originariamente, de hecho, se colocó un cartel con una mano de la que chorreaba sangre, pero eso no daba una imagen muy halagüeña de lo que podía ocurrir si entrabas, con lo que se decidió situar el ya mencionado poste rojo en la entrada.
Con el paso de los años, se fueron añadiendo pequeños cambios, como el color blanco, que simbolizaba las vendas con las que se curaba a los clientes. Y así se crearon los primeros BARBER POLES de la historia. Pero, ¿dónde está el color azul? Existen varias teorías sobre cómo se configuró el poste de barbero definitivamente con los colores rojo, blanco y azul. De los dos primeros ya hemos hablado y, del tercero, se dice que se añadió por una cuestión patriótica: fueron los franceses los que sumaron ese color aprovechando que formaba su propia bandera, algo que, más adelante, imitaron en Estados Unidos.
Barberos que afeitan y cortan el pelo
Es en el siglo XIX cuando, ya sí, los barberos abandonan las sangrías y extracciones de dientes para dedicarse de pleno al oficio que conocemos hoy en día. En todo el mundo proliferan los establecimientos en los que se corta el pelo y se afeita a los hombres. Incluso se crean asociaciones de barberos (a imagen y semejanza de los gremios medievales), como la Barbers’ Protective Union en Columbus (Ohio), una de las primeras de las que se tiene constancia.
Hasta mediados de los años 70, ya en el siglo XX, las peluquerías se segregaban por sexos pero el cambio de paradigma del estilo, con mujeres con peinados más cortos y hombres con peinados más largos, se asentaron definitivamente los locales unisex, hasta la actualidad. En los últimos años, de nuevo con los cambios estilísticos en moda masculina, se ha recuperado la figura de la barba como elemento diferenciador y del barbero como un especialista más dentro de la belleza en los hombres.